Un viaje de mochileros a África


Un viaje de mochileros a África

(Hakuna Matata) (*)

Tengo un amigo, al que no veo tan seguido como quisiera, pero con quien tengo una gran intimidad. Una conexión especial y diferente a todas las otras. Ni mejor ni más intensa. Diferente. 

A tal punto, que hace mucho tiempo atrás lo elegí como padrino de uno de mis hijos varones. Para mi beneplácito aceptó la encomienda y me siento muy orgulloso cuando veo que tienen -ellos también- una conexión y vínculo especial.
Mi amigo nunca fue padre, pero siento que a mi hijo lo quiere como si fuera propio.

Hace muuuuucho tiempo atrás, allá por el año 1995, nos frecuentábamos bastante y hacíamos variopintos programas de joda y entretenimiento. En una oportunidad, me contó mi amigo que a fin de ese año se iría de viaje a África, de mochilero a recorrer cuatro o cinco países del continente negro.

Por más que es un tipo fenomenal y de un carácter muy ameno, siempre esos viajes (ya para esa época había recorrido medio planeta) los hacía solo

En soledad, nunca con partenaire.

Como me interesó mucho, le pregunté si podía plegarme a su plan de viaje y me dijo que sí, que no había problema.
Creo que fui muy afortunado, pues él siguió viajando hasta el día de hoy que pasaron ya más de 25 años, y desconozco si lo hizo alguna vez con alguien más.
Si sucedió, por lo menos no fue declarado ... 😎 

En fin, abreviando para no aburrirlos, el viaje tenía una planificación muy compleja ... nada en absoluto más que los pasajes de ida y vuelta, y un safari fotográfico ya contratado para el Parque Nacional Kruger, en el extremo nor-este de Sudáfrica.

Antes de salir de viaje, concurrimos a consultar a un destacado infectólogo de nuestra ciudad, quien nos hizo vacunar contra la fiebre amarilla, todo tipo de hepatitis, adquirir casi media valija de medicamentos para la malaria, dengue, diarrea, etc. Además, nos dio unas recomendaciones escritas resumidas en varias hojas ... 

Parecía que nos íbamos al infierno!    

Bromas aparte, la recomendación más importante que nos dio fue que nunca bebiéramos agua de la canilla en ningún lado, no sólo por los virus, bacterias y parásitos; sino por la sencilla razón de que nuestros organismos no estaban acostumbrados a ella. Tal recaudo se solucionaba fácil, adquiriendo gaseosas o cervezas (que utilizaban agua destilada o pasteurizada en sus procesos de producción), o simplemente agua mineral de marcas conocidas.
Con todas esas prevenciones -y miedos también, a fuerza de ser sinceros-, más centenares de pastillas y medicamentos, partimos con nuestras mochilas a un viaje increíble de más de 40 días por África.

Antes de salir de Buenos Aires con destino al continente negro, mi amigo me pidió que lo acompañase hasta el Barrio de Once, porque tenía que hacer unas compras ...
Así lo hice y resultó que el muy sagaz -y experimentado viajante- compró unas cinco o seis remeras de la selección argentina, con el número 10 de Maradona impreso, a no más de 2 o 3 pesos de esa época (equivalentes a 2 o 3 dólares, convertibilidad mediante) cada una. Le cuestioné para qué las compraba y -encima- tan berretas (eran de muy mala calidad), y él sólo me contestó con un enigmático ya vas a ver ...
 
En resumidas cuentas, el recorrido del viaje empezó en Ciudad del Cabo, recorrimos luego la Ruta Jardín hasta Por Elizabeth y Durban; y de allí a Johanesburgo. Luego Pretoria y el Parque Nacional Kruger, y de allí a Victoria Falls, en Zimbabwe. Con posterioridad estuvimos en Harare, la capital de Zimbabwe; Dar es Salaam (Tanzania) y la Isla de Zanzíbar. Luego a Arusha (al pie del Monte Kilimanjaro), y Nairobi y Mombasa (en Kenia).

Excede el motivo de esta entrada contar los detalles y experiencias de cada lugar y recorrido, pero es impactante la diferencia cultural que existe entre la raza negra originaria de África y los occidentales. Es más, en la costa este del continente hay mucha influencia cultural árabe e hindú; por lo que se imaginarán la riqueza de los intercambios con los locales al no viajar en paquetes turísticos cerrados (salvo, por obvias razones impuestas por los depredadores que viven en los Parques Nacionales Serengueti, Kruger, Masai Mara, etc.) sino a nuestro aire, por nuestra cuenta ...

Sí quiero testimoniarles algunos episodios dignos de este Blog.

Estábamos con mi amigo en un mercado de pulgas en Johanesburgo, cuando allí él me enseñó cómo negociar y regatear con los locales. No sólo aprendí muchas técnicas del to bargain al que hay que someterse obligatoriamente en esos lares (muchos de esos comerciantes consideran un insulto u ofensa que no se les regatee el precio de sus mercaderías), sino que con total sorpresa lo veía "bajar" el precio de un souvenir de ébano original, de los 100 dólares originalmente pretendidos a 8 o 10 dólares ... 

Quedé atónito con lo bizarro de la escena que se repetía: mientras al lado nuestro otros turistas pagaban los 100 dólares, el vendedor nos pedía que esperemos a un costado para cerrar nuestra "venta" del mismo producto (que veníamos negociando a 10 dólares), para que no se avivaran los incautos de alrededor ...

Una vez fijado "nuestro" precio en -por ejemplo- esos 10 dólares que recuerdo por un juego de estatuillas de ébano, nuevamente me sorprendí cuando mi amigo sacó una de esas remeras baratas de la selección argentina, y se la ofrecía en trueque al vendedor por esos 10 dólares !!!

Y el vendedor estaba chocho!!! Le brillaban los ojos de la emoción al tiempo que gritaba Maradona! Maradona!

Mi amigo le decía que en nuestro país esas remeras valían mucho más y trataba de sacarle otras cosas, pero el vendedor sabía que -al igual que él con el regateo desde los 100 a 10 dólares- lo estábamos tratando de estafar. En fin. Me imagino que esas remeras luego fueron al "mercado interno" y terminaron en manos de incautos por valores 100 o 200 veces superiores ... 

Muy surrealista y excitante la experiencia!

Muy diferente fue la vivencia desencadenada por un simple jugo de naranja ...

En efecto, habíamos terminado un safari fotográfico de 5 días por el Serengueti (Tanzania) y estábamos prestos a tomarnos un ómnibus de larga distancia entre Arusha y Nairobi (pues nos habían comentado que esas rutas eran muy inseguras), cuando al dejar el hostal en el cual nos alojábamos hacía tanto calor y humedad que me tenté con un jugo de naranja exprimido ... que provocó el apocalipsis  gastrointestinal!

Para esa época ya hacía más de 25 días que estábamos viajando, tomando todas nuestras pastillas diarias y recaudos, y como un tonto olvidé la recomendación de nuestro médico infectólogo de no ingerir agua ni jugos que no fueran envasados y pasteurizados ...

La terrible diarrea y gastroenteritis que tuve durante dos o tres días fue tremenda!!!

No retenía ni el aire de los pulmones ...

Para contrarrestar ese tipo de "situaciones" nos habían dado pastillas de carbón y un reconocido medicamento regulador; los cuales ingerí a conciencia ... para provocar (luego de unos días) el efecto inverso a la diarrea!!!! Les confieso que varios días sin poder ir de cuerpo, teniendo ganas, puede ser tan desagradable como la más pintoresca gastroenteritis!

Siguiendo la línea de los líquidos, con anterioridad al vergonzoso evento anterior, les cuento que resultó un verdadero infierno nuestra única noche en la capital de Tanzania continental, la ciudad de Dar es Salaam.

Además de estar en ramadan, lo cual implicaba rezos y cánticos a períodos regulares día y noche, potenciados por altoparlantes en toda la ciudad; un calor y humedad insoportables nos impedía dormir. Primero probamos con sacar agua del baño y rociar los colchones, y también ducharnos sin secarnos, pero el agua salía a temperatura ambiente que era casi termal.

Entonces, cada media o una hora, durante toda la noche, nos turnamos con mi amigo para "bajar" del hotel-pocilga en el que estábamos y comprar en un kiosco botellitas de agua mineral helada, para arrojarnos en la cabeza y colchón y poder dormir así un rato. 

Una tortura ...  

El día anterior habíamos ido a la Terminal de Ómnibus de Dar es Salaam (que era una manzana de tierra en el medio de la ciudad, donde se acumulaban los ómnibus y colectivos de las más variadas características -Tanzania en esa época era socialista como Cuba, y con los mismos efectos de pobreza y atraso-, y donde se hacían también las reparaciones de los vehículos, sus cambios de aceite, etc.) y contratamos un luxury bus para ir hasta Arusha, al pie del Monte Kilimanjaro.

Bueno, el luxury bus no era más que un mercho 1114 sin trompa (los viejitos recordarán el "blanquito" de mi ciudad, de la década de los '80), que -a diferencia del "nuestro"- tenía la característica que en el asiento individual, que era un poco más ancho, viajaban dos personas sentadas. Y, en el asiento doble, tres!!!

El viaje fue ... épico! Además del acre y persistente olor a humanidad de la gente, que creo que tiene ese bouquet tan fuerte por el tipo de comida que ingieren, un calor tremendo y un chofer que parecía estar corriendo una carrera de Fórmula 1 nos mantuvo en ascuas todo el trayecto ...

El pobre ómnibus -repito: un destartalado 1114- tenía su tacómetro permanentemente en la zona roja, y el chofer conducía a más de 120 kms/hora. Qué sucedió? Siiii, el ómnibus se descompuso y tuvimos que bajarnos todos en el medio del campo, con unos aborígenes masai a lo lejos, observándonos.

Como en las películas, TODOS los que viajaban en el ómnibus se tiraban debajo del chasis e inspeccionaban el motor, que -esto era obvio- estaba fundido.

Con mi amigo nos lo tomamos con calma, y nos fuimos a sentar debajo de un árbol pues el clima era verdaderamente abrasador.

Luego de un par de horas esperando, fuimos a preguntarle al chofer cómo iban a solucionar el "problemita" de la movilidad, y nos dijo que en un rato iba a venir otro ómnibus con ayuda. Recuerdo haberle comentado a mi amigo que salvo que el otro ómnibus trajera consigo otro motor, estábamos jodidos ...

Al rato llegó otro ómnibus de las mismas características del nuestro (1114 ... etc.) y luego de un rato de asamblea, gritos y discusiones (todos opinaban y se metían, muy propio de los africanos), vimos con sorpresa que empezaban a sacar los bolsos de nuestro colectivo y los subían al otro. 

La "solución" era, entonces, cargar a todo el pasaje del ómnibus roto, en el que había llegado después ...

El tema era que nuestro ómnibus iba lleno, completo de bote a bote ... y el otro también!!!!

Entonces, encaramos desesperados con mi amigo para subirnos al otro ómnibus y así lo logramos ...

Lograr es una forma muy simple de decir ... La foto que quiero transmitirles es la siguiente:

Al pasaje que venía en el segundo ómnibus, que estaba lleno, se le sumó el del primero. Pero la gente físicamente no entraba. Entonces, iba gente sentada en los respaldos de los asientos, en las ventanas con mitad del cuerpo dentro y mitad afuera ... En la entrada principal detrás del conductor había tres personas "fuera" de los límites de la carrocería, sujetadas a los pasamanos que se utilizan para subir la escalera ...

Tremendo!!!

Mi amigo y yo habíamos logrado ubicarnos al comienzo del pasillo dentrás del motor, pero un sinnúmero de manos y brazos se entremezclaban con los nuestros y nuestras piernas, de gente que se agarraba a los pasamanos como podía ...

Y todo con un calor -y olor- infernal ...

En fin, sin poder creerlo nos subimos porque nos dejaban ahí, en el medio de nada ... y el "nuevo" chofer, con el doble de carga de personas y el mismo tipo de ómnibus destartalado y viejísimo ... viajaba también a 120 kms./hora!!!!

Una locura total!!!

A tal punto era todo digno de una película psicodélica, que cuando le tocaba cruzarse con algún otro vehículo en sentido contrario, o cuando había señales o carteles de tránsito a la vera de la ruta, el chofer tenía que o bajarse a la banquina o correr el ómnibus hacia el centro de la calzada (según correspondiera 😨) para evitar que le "limpien" una parte del pasaje (personas) que estaban colgados o por fuera de la carrocería del rodado ...

Por suerte nada más pasó en ese viaje al mundo increíble de la idiosincracia profunda africana, pero allí entendí -con el impacto que produce ver la realidad tal cual es- por qué razón cada tanto sale alguna noticia en los períodicos o canales de televisión, que anuncian cosas surrealistas como: se hundió una lancha en la India, mueren 1.500 personas ... o choque de ómnibus en Zambia: 500 muertos ...

En fin, todas experiencias involvidables, que resulta muy placentero recordar a la distancia ...

Alguna vez estuvieron en el Continente Negro?


(*) "No hay problema" en Swahili  

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