Semáforos ...
Hace un largo rato que estoy observando la calle cerca de donde estoy desde hace unos días, y noté que no sólo no había ningún semáforo en los alrededores, sino que -tampoco- había problema de tránsito alguno. Ni entre vehículos, ni con bicicletas o peatones.
Eso me hizo recordar una visita con amigos a las islas de Nueva Zelanda, hace ya diez años atrás, en que notamos con asombro que una ciudad completamente turística (Queenston), que albergaba en las dos temporadas (verano e invierno) casi 300.000 personas, sólo tenía un único semáforo en una esquina ...
Nos sorprendió lo ordenado y tranquilo que era el tránsito vehícular (muy fluido en horarios pico), y traspolábamos eso a nuestras costumbres latinas ... Obviamente, la comparación daba para todo tipo de chistes y risas, aunque en el fondo creo que nos sentimos mal por ser tan desordenados y necesitados de regulaciones, límites y prohibiciones; inclusive -como los simples semáforos- claramente compulsivas ...
Cuál es el punto de este tema?
Creo que el simple hecho de analizar la existencia o no (y cantidad) de semáforos en cualquier centro urbano, da una cuenta casi completa sobre el modo de vida que desarrollan sus habitantes.
Hay un paralelismo tan marcado y notorio, a lo largo y ancho del mundo, que sólo basta detenerse unos instantes a observar esa infraestructura vial para advertir cómo viven en tal o cual centro urbano.
Así, en países o lugares donde la gente vive relajada, hay muy pocos semáforos ... pues no son tan necesarios para regular la fluidez del tránsito y obligar a los conductores (y peatones) a respetar esas especiales reglas de convivencia urbana que son las normas de tránsito.
En las encrucijadas más importantes hay rotondas, que todos los que circulan respetan completamente (son muy raros los accidentes de tránsito en esos dispositivos de circulación; salvo algún borracho ...).
Los cruces peatonales también se respetan a rajatabla, tanto por parte de los conductores de todo tipo de vehículos (inclusive bicicletas y -más recientemente- scooters), como por parte de los de a pie mismo (pues cruzan las calles y avenidas por esas sendas, y no por cualquier lugar).
Este orden no creo que sea casual, ni propio del llamado Primer Mundo (o sociedades desarrolladas).
No.
Creo que es justamente un tesoro que esas sociedades y comunidades cuidan, respetan y protejen ... porque los hace vivir más tranquilos.
Más relajados.
Por el contrario, cuantos más semáforos hay en una urbe (más allá de los que obviamente son necesarios en grandes metrópolis) o centro poblacional, más trabada es la circulación, más crispada está la gente, más alienada e intolerante con los demás.
Parece que van en una eterna competencia contra el otro, contra TODOS los otros.
El espíritu solidario y tolerante se ve superado por la aceleración que imponen a la fluidez de la circulación, justamente las trabas de los semáforos.
Y ojo que no hay una relación directa o clara con la magnitud del centro urbano o ciudad. Sospecho que tiene más que ver con factores culturales propios de cada sociedad, con la necesidad que tengamos como grupo de recibir límites y trabas constantemente.
Concluyendo, lo de los semáforos creo que es como la imagen del perro que se muerde la cola: se implantan semáforos para ordenar el tránsito para que sea éste más fluido y se logra precisamente el efecto inverso en las personas que circulan.
Nadie o muy pocos viajan relajados y cada vez se opta más por abandonar la circulación en los propios vehículos, para dejar en manos de un chofer de ómnibus, tranvía o metro el stress de la circulación urbana ...
Notaron Ustenes algo así en sus comunidades, o cuando han salido de viaje?
Yo sí. Y muchas veces.
A fluir más relajados!!!
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